¿Existe algún peligro si se comen langostinos durante el embarazo? Esta pregunta se la han hecho muchas mujeres y hacen bien con dudar. La alimentación es un factor primordial durante el embarazo, un aspecto clave para garantizar un parto normal.
Durante este periodo, la mujer no solo requiere mayor cantidad de nutrientes para asegurar el óptimo desarrollo de su hijo. A causa de su embarazo, también se vuelve más susceptible al impacto que los alimentos tienen en su organismo. Por ello, aunque en el pasado no haya experimentado ningún inconveniente al comer langostinos, es prudente que ponga en duda su idoneidad mientras está embarazada.
Riesgos de comer langostinos durante el embarazo
Los langostinos son alimentos que no son tolerados por todas las personas. Es común que muchos sean alérgicos o se intoxiquen fácilmente al comerlos sin que hayan sido bien conservados y cocinados. Dada la susceptibilidad de la mujer embarazada, es recomendable abstenerse de consumirlos o bien, reducir su ingesta.
Aunque una mujer embarazada sana puede comer prácticamente de todo, la clave para mantenerse así está en evitar el consumo de los alimentos que pueden significar un riesgo para su salud.
El consumo de langostinos puede traer consigo muchos riesgos derivados de su mala manipulación. Los productos del mar son propensos a portar bacterias transmisoras de enfermedades. Para una mujer embarazada, esta posibilidad implica poner en peligro la vida de su bebé.
Ciertamente, la madre posee un sistema inmunológico desarrollado y capaz de neutralizar diversas enfermedades. Pero este no es el caso de los bebés. Estos pequeños se encuentran en pleno desarrollo y no cuentan con sistema un inmunológico lo suficientemente estable como para hacer frente a las bacterias que portan algunos alimentos.
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¿Cómo deben comerse los langostinos durante el embarazo?
Como regla general, una mujer embarazada tiene prohibido comer langostinos crudos. La manera más recomendable de cocinarlos es a la plancha, pero si se opta por otra forma, es importante asegurarse de respetar los tiempos de cocción. A pesar de que no es tan difícil cocinarlos, con frecuencia suele confundírseles con las gambas y por tanto, no se cocinan suficientemente.
Aunque son muy parecidos, existen importantes diferencias entre las gambas y los langostinos. Conocerlas es un factor clave para garantizar que su consumo no sea nocivo para la salud. Y es que una de las principales distinciones entre ambos es su tamaño y este factor es determinante, porque ello condiciona el tiempo de cocción de cada uno.
Los langostinos son más grandes que las gambas y por tanto, requieren más tiempo de cocción. Muchas personas ignoran este detalle a la hora cocinarlos y por eso, terminan sirviéndolos crudos. Comerlos en este estado es peligroso tanto para una mujer embarazada como para cualquier persona.
Aunque no estén totalmente prohibidos y se cocinen adecuadamente, no debe abusarse del consumo de langostinos durante el embarazo. Especialmente, se debe evitar comer su cabeza, ya que esta parte del cuerpo posee un alto contenido de mercurio y este elemento puede ser perjudicial para el bebé.