Las Anchoas son un manjar. Eso es indudable. Y las anchoas tiene algo característico: o te encantan o las odias. No hay término medio.
Precisamente, si te gustan, durante el embarazo aumentan los antojos de sabores intensos y seguro que las anchoas son una de las más demandadas.
En definitiva las anchoas a las que nos referimos, son a las saladas. Es decir, las típicas que encontramos refrigeradas y en aceite en supermercados y grandes superficies.
Se trata de un tipo de conserva muy utilizado desde hace cientos de años. Pero es necesario tener algunas precauciones con las anchoas si estás embarazada.
¿Se pueden comer anchoas si estoy embarazada?
La respuesta a esta pregunta es sencilla. Sí, pero con algunas precauciones.
Uno de los riesgos de las anchoas (y otros pescados) es el anisakis. Se trata de un pequeño gusano que puede encontrarse en el pescado y provoque infecciones estomacales, pudiendo llegar a ser graves.
Debemos tener en cuenta que las anchoas en salazón no están cocinadas sino que están curadas con Sal. Es decir que técnicamente están en crudo de ahí que sea necesario tener algunas precauciones.
Anchoas en salazón y embarazo
Las anchoas en salazón, que son las más conocidas y consumidas, como decimos están sometidas a un proceso de curación mediante sal. Esto no significa que no puedan ser peligrosas para el embarazo.
Como ocurre con el jamón serrano, la mejor forma de acabar con los riesgos de las anchoas, es congelarlas. Congelarlas antes de cocinarlas, si haces tú las anchoas en casa, o una vez las has comprado y antes de consumirlas.
Si las vas a cocinar tú, debes congelar las anchoas durante unas 48 horas. Este proceso hará que cualquier microorganismo que pueda ser perjudicial, por el efecto del frío acabe muriendo (el anisakis también).
Una vez, hecho este proceso, descongela las anchoas y ya puedes limpiarlas, ponerlas en sal y, posteriormente comerlas sin problemas.
En cambio, si las compras ya en conserva, no cuesta nada meter el envase en el congelador (verás que normalmente ya están en frío) durante 48 horas. Esto eliminará cualquier duda que nos pueda generar.
Por congelarlas, verás que no pierden ningún tipo de propiedad sobre el sabor.
Eso sí, ten en cuenta que algunas anchoas están muy saladas y eso no es muy recomendable durante el embarazo. La sal lleva aparejada, en muchas ocasiones, subida de tensión, retención de líquidos…
Anchoas En Vinagre
Igual que sucede con las anchoas en salazón, el problema es que no están cocinadas.
Por ello, ya sea para prepararlas tu o si las has comprado hechas, te recomendamos que las congeles durante 48 horas antes de comértelas.
Cualquier prevención es buena si podemos evitar algún contagio peligroso para tu bebé.
Anchoas cocinadas (fritas, en arroz…)
En principio, al encontrarse cocinadas, a altas temperaturas los microorganismos mueren. Por lo que en principio puedes consumirlas sin problema con arroces, anchoas fritas…
Pero, como se suele decir lo que abunda no daña. Por eso, si quieres, antes de cocinarlas, y una vez las has comprado de la pescadería, puedes congelarlas durante 48 horas para asegurarte que acabas con cualquier microorganismo perjudicial.
Son pequeños consejos, pero muy recomendables.
Recuerda que si tienes alguna duda, consulta con tu ginecólog@. Te podrán ayudar.