Las ensaladas son grandes aliadas para las embarazadas. Frescas, ligeras sobre todo de cara al final del embarazo cuando la pesadez de estómago está cada vez más presente (aunque a algunas mamás, esto les pasa en el primer trimestre).
De hecho las ensaladas aceptan decenas de ingredientes: queso de cabra, bacon, anchoas, aceitunas… pero también los brotes o germinados de verduras, son muy utilizados.
Los hay de casi todas las verduras y plantas, pero las más utilizadas son: Las semillas más utilizadas son las de: albahaca, amaranto, brócoli, col, cilantro, colinabo, espinaca, guisantes, mostaza, pak choi, perejil, rábano, remolacha, rúcula, semillas de girasol, shisho (perilla), trébol rojo, trigo sarraceno.
Como todo existen varias versiones, los germinados se cultivan en agua, y ahora hay una variedad denominada microgreen que se cultivan en tierra.
En definitiva, como se ve, son las semillas germinadas. Tienen un potencial de sabor importante, según también, el tipo de planta utilizada.
¿Se pueden comer germinados o brotes durante el embarazo?
En este punto hay que ser especialmente cautelosos.
Según un dictamen emitido por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) de 15 de noviembre de 2011, las semillas germinadas favorecen el desarrollo de Listeria monocytogenes.
Esto supone que existe un potencial riesgo si se toman brotes vegetales o germinados en las ensaladas, por ejemplo.
Por ello, en primer lugar es mejor evitarlos en la medida de lo posible. Pero si fuese necesario consumirlos, debemos asegurarnos que el origen sea industrial, es decir evitar los brotes caseros durante el embarazo.
Lógicamente los controles a los que son sometidos estos productos antes de su comercialización, en ningún caso podrían ser iguales en nuestra casa.
Pero además también deben someterse a un intenso lavado antes de su consumo.
En definitiva, no es recomendable el consumo de brotes vegetales o germinados durante el embarazo
No obstante, si tienes alguna duda, consulta con tu ginecólog@.